Aprender a litigar.

Por Fidel Estrada Palma

¿Qué tengo que hacer para aprender a litigar?

¿Qué puedo hacer sí estoy en un despacho y no me enseñan?

¿Qué habilidades necesito para tener el valor de pararme por mi cuenta ante un Juzgado?

¿Qué problemas enfrentan los novatos cuando empiezan a litigar?

Comúnmente, cuando estudiamos derecho o terminamos la carrera, pensamos que es el momento de hacerse abogado y empezar a litigar. Litigar es un verbo de acción y en realidad los abogados representan a los litigantes ante el Tribunal. Pero aceptemos que es universalmente reconocido que los abogados litigan. Para hacer mas accesible este artículo,  he dado en numerar las habilidades que considero mas importantes para empezar.

Lo primero y como un presupuesto esencial, es que; hay que tener una noción o idea aproximada de que hace un abogado litigante (aparte de discutir todo-solo los mas necios-) y para entenderlo existe un manual casi perfecto. Se llama código de procedimientos civiles del estado.

El código es el mapa que nos enseña el camino, los atajos, las vicisitudes que se presentan en el camino para llegar a la meta. ¿cuál es la meta? Esta será obtener “sentencia firme” (que no podrá ser ya modificada por ningún recurso) y ejecutarla. Desde mi personal punto de vista, siempre divido el proceso en diez partes: Demanda, contestación, audiencia de conciliación, ofrecimiento y admisión de pruebas, desahogo de pruebas, alegatos, sentencia, apelación, amparo y ejecución. Aunque se, por experiencia (o sea que los golpes me han enseñado)  que en cada uno de esas partes, pueden subdividirse otras partes más muchas y a veces muy complicadas, pero ¿Cómo saberlo? … solo caminando el proceso, se puede ver lo que pasa.

Entonces, el primer punto sería LEER COMPLETO EL CODIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO. Y si te da flojera leer y se te hace mucho… pues como te explico: leer es la parte fácil de esta profesión. ¿y si  no quieres o no puedes hacer lo fácil, cómo harás lo difícil?  A veces me imagino a los abogados como alfareros, somos artesanos de la palabra, de la lengua, somos escultores de ideas y arquitectos de la justicia.

Por ello, te digo, leer es la parte fácil, porque la actividad se va complicando, porque hay que pensar mucho, investigar mucho, preguntar mucho (a riesgo de que siempre que preguntes de pueden ver como ignorante) y escribir. Creo que esa es la parte difícil, escribir y defender lo escrito. Defender y demostrar con argumentos y pruebas, la verdad legal del argumento.

Segundo punto: Quitarse el miedo. Todos nos equivocamos y los jueces son expertos en equivocarse. Te explicaré algo muy sensible. Siempre debes tener en mente que el Juez, el secretario y todo el personal del Juzgado, son servidores públicos lo cual significa que tienen la obligación de atender a los ciudadanos. (Desde luego que como trates al personal te trataran, porque la dignidad de un Tribunal es alta y debe ser tratado con respeto, pues en el Tribunal yace el imperio de la Ley, tal como lo dice la Carta Magna). Yo aprendí mucho preguntando al personal de los juzgados, sobre todo en materia penal, si quieren te orientan de como dar el siguiente paso en el proceso… Aunque nunca falta, alguien descortés que te dice: “que no es usted el abogado…” El caso es que, también para preguntar hay tener cierta prudencia e inteligencia, pues no es dable que le preguntes al Juez que lleva tu caso, ¿Qué tengo que hacer? … Eso no debe ser así. Por que las preguntas deben ser inteligentes. Por eso hay que tener leído el código de procedimientos que corresponda.

Tercero: Leer documentos legales. Con las ventajas actuales de información, es bastante fácil obtener sentencias, jurisprudencias y tesis aisladas. También leer listas de acuerdos en los juzgados y todo papel público fijado en un juzgado. Edictos, avisos, subastas.

Cuarto: Titularte. Tener tu título es muy importante para llevar asuntos por tu cuenta, aunque sí es posible llevar asuntos en calidad de pasante, llega un momento en que todo mundo te llama “licenciado” y no puedes fingir en un juzgado ser lo que no eres (además que formalmente puede cometerse algún delito de usurpación). Temporalmente podrías comparecer con un poder notarial, pero nunca te recomendaré fingir delante de un cliente. Titúlate.

Quinto: Empieza. Sí empieza desde donde estés, en las condiciones que estés. Sí alguien te ha pedido ayuda para llevar un asunto, empieza, se honesto si no tienes título adviértelo al cliente, pero empieza. Voy a decir algo fuerte, nunca serán las condiciones ideales para empezar. La vida no funciona como el ideal que existe en nuestra imaginación, en donde empiezas con un despacho precioso, con muebles clásicos en maderas preciosas, esculturas originales de bronce, una secretaría que renuncio a ser Miss Mundo, por amor a la máquina de escribir…No. Esa solo es tu imaginación. Quizá nunca puedas empezar en la forma soñada y mientras más lo pospongas, más te arrepentirás por el tiempo no aprovechado y será mas complicado empezar. Entonces, empieza desde donde estés. Puedes atender clientes en un vips, o en el juzgado o visitarlos en su casa (no lo recomiendo. De hecho sugiero NO HACERLO, pero es una opción). Lo importante será tener una visión clara de cómo ayudar a la persona o como ubicarla para saber que esperar en caso de una demanda, pongo como ejemplo que normalmente será casi imposible echar abajo una pensión alimenticia para alguien que tiene hijos menores, eso hay que aclararlo y no crearle falsas expectativas a los clientes, recordemos que existen juicios gananciosos, perdidosos y peleables. También los hay de orgullo.

Sexto: Cobra. …

Seguirá la semana que entra.

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